Los locutores de radio y los publicitarios se enfrentan a nuevos retos con la digitalización del audio, las voces artificiales, la proliferación del home studio. Leticia Tinoco es una reconocida locutora del Ecuador, con larga trayectoia en su país. En la entrevista nos habla de la competencia, el mercado y esas nuevas opciones de trabajo para los profesionales de la voz.
Hace 25 años, los «bancos de voces2 estaban en las agencias de publicidad. En esos tiempos, el locutor pedía una cita y grababa un demo para que lo llamaran. Así, los «pilotos» de los profesionales de la voz eran en cassette, CD y luego en formatos MP3 que quedaban archivados a la espera de una propuesta laboral.
La nueva herramienta del locutor es que su estudio está en su propia casa, y están disponibles las 24 horas para hacer grabaciones y enviarlas en segundos mediante transferencia de archivo. Los clientes piden cambios que se ejecutan en minutos hasta conseguir el resultado óptimo.
on el auge de los servicios de voz, las empresas de tecnología como APPLE o GOOGLe ofrecen servicios que interactúan pero las voces son sintetizadas, y no hecha por locutores. ¿Es una amenaza para el locutor el surgimiento de tecnología que permite convertir textos en palabras y con cada vez mejores resultados?
En este episodio hicimos una prueba, y por ahora, la voz humana ofrece una interpretación superior y mucho más agradable, pero cuánto falta para que podamos lograr la imitación exacta del ser humano en su entonación?
Un purista del sonido dirá que las cuerdas vocales, los armónicos naturales de una voz humana, difícilmente podrán ser exactamente replicados, porque el aire, la respiración, los tonos humanos permiten variables que para programar parecen difíciles. ¿Será posible que esto ocurra en algún tiempo?
Personalmente les diré que la experiencia con la música me ha enseñado que los mejores sintetizadores del mundo, aunque imiten a un piano y el sonido resulte de un realismo increíble, la madera de Stainway, con sus cuerdas brando y todos los armónicos que el propio Pitágoras nos demostró con su cuerda, no es alcanzable y los mejores pianistas del mundo seguirán escuchando un sonido diferente, a pesar del realismo y toda la tecnología que los ingenieros de Roland, Yamaha o Korg puedan tener.