La FM y la AM son las tecnologías con las que la radio difunde sus señales a través de un espacio radioeléctrico que está regulado por el Estado mediante concesiones por las que las empresas de radio deben pagar un canon.
Cuando usted sintoniza LA FM en la frecuencia modulada 94.9 en Bogotá, o escucha la W, el grupo RCN y PRISA pagan un canon para poder distribuir sus señales en todo Colombia. Esto es igual en todos los países, ya que el Estado controla y regula el espacio radioeléctrico.
Seguramente habrás leído alguna vez la queja de las empresas por la laxitud con la que las autoridades combaten a las radios piratas, ya que éstas operan ilegalmente, generan sus ingresos, contaminan el espacio radioeléctrico y perjudican a las señales de radio que cumplen con la ley, generando interferencias en sus señales.
Del transistor al streaming
Se está produciendo un fenómeno creciente y es el consumo de la radio a través del streaming. En países como Reino Unido o EEUU, el 20% de la escucha de radio cada día se hace desde dispositivos online como smart speakers o smartphones.
Un estudio sobre hábitos de consumo de la Generación Z realizado en EEUU presentó un dato sorprendente: el 63% de los jóvenes consume música por streaming a través de servicios como Spotify, mientras que un 22% admitió escuchar la radio a través de dispositivos digitales.
En Colombia todavía no hay datos precisos, pero analizando el consumo de audio digital se puede estimar que entre el 10 y 12% de las audiencias de radio lo hacen desde conexiones por streaming. Un estudio de consumo de medios realizado durante la pandemia en 2020, mostró que el 35% de los oyentes de radio la escucha a través de un celular, pero aquí hay que diferenciar ya que hay equipos más antiguos que tienen receptores de FM, mientras que los nuevos smartphones prescinden del sintonizador y sólo se puede escuchar por conexión online.
La realidad nos indica que el consumo de radio por streaming seguirá creciendo, en la misma dirección que lo hacen ya las plataformas de streaming como Spotify, una empresa que en Colombia ya tiene 5.304.000 usuarios únicos, según datos de Comscore del mes de septiembre de 2021. (escucha por qué la radio no debe copiar a Spotify)
Meses atrás, un alto ejecutivo de radio europeo estimaba que en 2023 el 30% del total de consumo de audio en vivo de sus radios se hará por streaming.
Este crecimiento trae un problema: las empresas de radio que emiten sus señales por streaming asumen el costo del ancho de banda, tal como asumen el costo del canon por el espacio radioeléctrico, pero aquí hay un perjudicado: el oyente.
¿Quién pagará la cuenta del streaming?
La radio es un servicio público completamente gratuito para la audiencia. Las señales de AM y FM tienen un alcance masivo y territorial, y en todo hogar colombiano existe al menos un receptor de radio.
Es cierto que en los últimos años se está produciendo un cambio de dispositivos. En EEUU, el censo revela que hace 10 años, en cada hogar de ese país había hasta 3 receptores de radio, mientras que en 2020 ya es sólo 1.
Los alcances de la radio por streaming están creciendo, pero el problema es que los oyentes debemos pagarle a las empresas de celulares por el consumo de datos. Esta será una tarea de regulación que el gobierno de Colombia deberá resolver para que la radio siga siendo gratuita como lo es hoy.
El gobierno de Gran Bretaña está analizando legislar que la radio por streaming no tenga ningún cargo, ya que los nuevos smartphones no poseen receptores de FM/AM o DAB+. El streaming tiene costo para el usuario.
En Colombia, la inmensa mayoría de los clientes de teléfonos celulares tienen planes prepago y disponen de algunos Megabit de descarga para Internet, y quien intenta escuchar la radio, consume su paquete de datos.
Las empresas de radio saben que la conectividad digital crece y están adaptando sus servicios para atender al público conectado a Internet que prefiere el streaming a la FM, pero el problema de quién pagará los costos de la conectividad es el aspecto central del debate que se viene.
Hoy, las empresas de telecomunicaciones son los carriers que controlan la conexión a Internet, y trasladan su costo de consumo de datos al usuario, pero cabe preguntarse cómo será cuando la FM sea superada por la tecnología digital. Los ingleses pospusieron hasta 2030 el apagado analógico, mientras analizan cómo garantizar que la radio se mantenga gratuita y para todos como lo ha sido siempre.
¿Qué están analizando para la radio en Reino Unido?
- El 60% de consumo de radio en Reino Unido se realiza a través de canales digitales: DAB, streaming, TDT y crecen con fuerza los smart speakers como “transistores” para escuchar la radio.
- Un tercio de los adultos en Reino Unido consume radio por altavoces inteligentes, dice un informe encargado por el gobierno británico.
- El gobierno pospone hasta al menos 2030 el “apagado” de sistemas analógicos permitiendo que la AM y la FM mantengan su vigencia, ya que las audiencias de más de 60 años, los sectores vulnerables y pobres, así como las zonas más remotas puedan asegurarse que el acceso a la radio se mantendrá. Alrededor del 40% de los oyentes de radio en Reino Unido aún usa FM, ya que no todos tienen dispositivos DAB en vehículos o en sus casas.
- El gobierno busca que la distribución de señales en formatos de streaming sean 100% gratuitas para la población, respetando la base tradicional de la radio como medio de libre acceso para los oyentes. Esto tendrá que derivar en que las las empresas de Internet deban habilitar sus servicios de datos.
- El gobierno inglés está elaborando un nuevo Libro Blanco para la radiodifusión y trabajará en la regulación para los servicios digitales, de tal manera que se garantice el acceso libre y sencillo a la radio.
- El informe advierte que existe un “riesgo” de que Google y Amazon, que controlan el 95% de los dispositivos smart speakers del mercado inglés, puedan limitar el acceso de los usuarios o exigir que las audiencias paguen por servicios de internet para poder escuchar la radio, y esto es lo que se quiere evitar que ocurra en el futuro, sabiendo que las audiencias se vuelven más digitales.