«Entre 30 y 40% de los oyentes están dispuestos a pagar por podcast»

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Los creadores de podcast solemos pensar en nuestro producto, el contenido que tendrá, qué música lo acompañará y cómo quedará editado. Luego subimos el contenido a nuestros servicios elegidos. Mediaventurados se sube en Simplecast, Anchor de Spotify es un gran éxito, Spreaker da la pelea en América Latina, y así pueden mencionarse varias empresas más.

El caso de Podimo es el que nos ocupa, porque es la plataforma que decidió recorrer un camino diferente: su modelo de negocio apuesta por la suscripción de pago y no por acumular miles de podcasts. La diferencia es grande porque se ofrece un catálogo más acotado, pero de mucha mayor calidad.

Más del 70% de los podcast que hay en el mundo no tienen más de 3 episodios, es decir, hay mucho contenido irrelevante, poco profesional o que empezó y se desinfló enseguida. Esta oferta cercana a los 2 millones de podcast se reduce notablemente a unos 700.000 que tienen continuidad.

¿Qué es Podimo?

«Básicamente somos una plataforma de suscripción que tras 7, 14 o 30 días de prueba gratuita que tengamos como oferta, sí o sí tienes que pagar. En el caso de América Latina, u$s3,99 al mes, con el fin de acceder a este catálogo de contenido original y exclusivo que tenemos» dice Javier Celaya, el country manager de esta empresa innovadora.

Podimo es una startup que nació en Dinamarca y que ya ha captado u$s115 millones en inversión para su desarrollo y expansión, y basa su propuesta en una oferta de contenidos premium, un catálogo de alta calidad de producción, y una propuesta al estilo de Netflix: suscripciones de pago para escuchar.

¿Estamos dispuestos a pagar por oir podcast?

Javier Celaya tiene una larga trayectoria en el desarrollo de proyectos digitales y un conocimiento importante por haber sido pionero en el desarrollo del audiolibro en español.

En la entrevista, Celaya explica que hay un público dispuesto a pagar por contenidos; ya estamos experimentándolo con el video y las plataformas , las suscripciones de Netflix, HBO Max, Disney Plus y otras se han popularizado, y alcanza con conversar con nuestro círculo de familiares y amigos para compartir las críticas de series o películas que sólo podemos ver si pagamos.

«Nosotros vemos a través de diferentes estudios que indican que un 30 a 40% de la población oyente de podcast va a estar dispuesta a pagar por contenido de calidad».

Javier Celaya, Country Manager de Podimo

Recientemente, Apple y Spotify anunciaron sus planes de modelos de suscripción. Dice Celaya que «estos dos últimos movimientos, el de Apple Podcast que en el verano decidió abrir su canal de contenido de pago a través de su plataforma y, recientemente, también Spotify, que había hecho un pequeño proyecto piloto en los Estados Unidos y que ha anunciado que lo extiende a 30 países del mundo, vienen a validar esa visión que hace dos años y medio, cuando salimos al mercado diciendo que queríamos convertirnos en ese Netflix de los podcast».

Las plataformas nos están acostumbrando a pagar pequeños montos y a erradicar la mirada latina del «todo gratis en Internet»

Los periódicos avanzaron en esa dirección, y si bien no consiguen los ingresos que les daba el negocio de antaño, están logrando por goteo un aumento lento pero constante de suscriptores. Lo tienen complicado por el hecho de que la percepción de las audiencias es que las noticias se encuentran fácilmente, pero hay un público dispuesto a pagar.

El podcasting es un producto incipiente, a pesar de la publicidad y notas que se generan como si se viviera un auge sin precedentes; el marketing es mayor que el consumo.

Cabe preguntarse si en España y América latina estamos dispuestos a pagar u$s3,99 al mes para acceder a un catálogo de audio en el que se encuentran ficciones sonoras, programas exclusivos, documentales y contenidos de entretenimiento. Celaya explica en la entrevista que sin promoción han conseguido grandes resultados: «ya tenemos 100.000 usuarios registrados en América Latina, que es un número altísimo sin haber hecho nada, es decir, ésto ha sido el famoso boca a oreja o de boca en boca, gente que ha descubierto nuestra app y que la ha recomendado a otras personas que se la descarguen y que se registre en Podimo»

«Estamos muy satisfechos del avance que hemos tenido en la región y por lo tanto en 2022 veréis que vamos a apostar por dos vías, una con mayor volumen de contenido local relevante; creadores locales con acento local. En España hemos producido un catálogo de 200 programas de podcast. En América Latina tenemos 50. El año que viene doblaremos ese catálogo en América Latina» dice Celaya.

¿Es el contenido? Sí, pero también el servicio

Hace muchos años, mi trabajo de consultor me llevó a varios países, y conocí a un excelente ejecutivo portugués llamada Carlo Campos. Jamás olvido su valiosa interpretación sobre los periódicos. Sostenía que en realidad nunca pagamos por los contenidos de un diario impreso, nadie pensaba en comprar el diario por el «valor» de lo que allí se escribía, sino que pagábamos por la distribución; antes de Internet la información llegaba impresa y debíamos leerla, y la manera era que el diario llegara a nuestra casa.

Javier Celaya aporta un mirada muy valiosa, muy útil para quienes producen contenidos: el usuario no solo paga por tener un buen catálogo, porque al final hay muchas plataformas que pueden tenerlos.

El usuario paga por el buen servicio percibido de esa plataforma.

Hagamos juntos este ejercicio: ¿todos los días ves Netflix? ¿No te ocurre que tras el atracón de los primeros años de la plataforma hoy lo usas como un servicio más? ¿Te das cuenta que Netflix juega a lanzar productos con tremendas estrategias de marketing que vuelvan a atraparte por unos días para luego dejarlo por unas semanas hasta que salga un nuevo lanzamiento?

Es el servicio, es la experiencia, es la forma en la que ves la portada de la serie que para tí puede ser una y para mí otra. Ese servicio personalizado basado en algoritmos es lo que nos seduce, nos hace ver lo que deseamos ver.

Podimo trabaja con algoritmos y tecnología, pero también tiene un equipo editorial que toma decisiones para ayudar al usuario a que descubra cosas nuevas, sin que ellas se limiten a la lógica de volumen preferencial de los algoritmos. Podimo buscar prescribir, y esa diferencia aporta un valor para tomar la decisión de suscribirse.

¿Harto de publicidad? Suscríbete y paga

El pacto que la radio y la TV tienen con su audiencia es que no le cobra nada al oyente o el televidente, pero a cambio debe aceptar unos minutos de publicidades de todo tipo, muchas son irrelevantes, por ejemplo los pañales que se promocionan dejan por fuera a los miles que no tienen hijos o que sus hijos ya dejaron de hacerse caca encima, pero ahí están los avisos. La publicidad del café deja por fuera a los que toman té…

El mundo digital nos entrego los Ad blockers, el servicio premium de YouTube omite todo corte publicitario y esos pre rolls de video que toca esperar unos segundos para omitirlos.

Dejar de oir y ver publicidad es una dicha, es innegable que en estos tiempos nos molesta la publicidad… para ello, la suscripción de pago se convierte en el mejor modelo para solo disfrutar lo que deseamos sin intrusiones.

Pagar una suscripción a cambio de omitir publicidad es una oferta tentadora (al menos para el autor de esta nota), pero si la combinación suma buen contenido y un buen servicio, la propuesta puede ser irresistible.

No habrá un mercado masivo, ya lo dijo Juan Ignacio Solera, el fundador de iVoox, «por más promoción que se le dé, el podcast no será un producto para todo el mundo ni tan masivo», pero dentro de ese contexto más limitado de alcances, hay una oportunidad.

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